domingo, 8 de mayo de 2011

La Helenística

Entre los siglos III a. C. y III d. C. se extiende un período conocido como época helenística. Se trata de un período histórico lleno de acontecimientos políticos y sociales, caracterizado por la decadencia griega y por la progresiva supremacía del Imperio Romano, que origina una profunda transformación del sistema político y de todos los valores sociales y culturales importantes hasta el momento.
La cultura helenística ha conseguido importantes logros, pero resulta muy poco innovadora en el campo de la estética o en el de la teoría literaria, si exceptuamos algunas observaciones de Horacio sobre la poesía, la retórica de Cicerón y Quintiliano o algunas aportaciones parciales en el campo de la música, la arquitectura y las artes figurativas. De hecho, la cultura helenística se caracteriza más bien por la decadencia en el campo de la especulación estética y crítica y por la falta de teorías literarias consistentes o renovadoras.
A partir del I a. C., comienza una auténtica renovación en el campo de la filosofía marcada por un acercamiento entre las grandes escuelas filosóficas del momento, principalmente el platonismo, el aristotelismo, el epicureísmo y el estoicismo.
En el siglo III surge una nueva doctrina de enorme proyección futura que, sobre la base de la teoría platónica, plantea unos nuevos presupuestos más acordes con el espíritu de la época: el neoplatonismo.
Estos planteamientos filosóficos tendrán innumerables repercusiones en el campo de la teoría literaria, como veremos progresivamente. Así lo demuestran los estudios de Plotino o de Longino, con su tratado Sobre lo sublime.

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