La fábula: definición y características.

Tocamos fin de la primera mitad de los temas clave con este último post. Aquí se cita por primera vez y de modo rápido el segundo de los conceptos clave para la comprensión y crítica de la literatura: la catarsis.

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La fábula es la imitación de una acción, la elaboración artística de un determinado tipo de acontecimientos. Sin fábula no hay tragedia, no podría haberla nunca sin pensamientos ni sin el soporte verbal de la mimesis trágica: la elocución. La fábula es la parte fundamental de la tragedia, ya que de ella depende la catarsis o efecto específico sobre el público, y a la fábula se supeditan, según unidad, coherencia y necesidad, las partes de la tragedia, teniendo prioridad sobre todas ellas.

Aristóteles utiliza el término mythos para referirse a la fábula (composición y disposición de los hechos) tanto como al material mítico. La autoridad del mito, fuertemente arraigado en el pueblo, asegura la verosimilitud de los hechos por muy extraordinarios que sean. Esto hace suponer que el factor mítico sea necesariamente uno de los caracteres de la tragedia.

Aristóteles admite la posibilidad de que la fábula verse sobre acontecimientos reales o inventados por el poeta, es decir, que no pertenezcan al acervo tradicional, siempre y cuando cumplan con las exigencias del género (verosimilitud y necesidad, determinadas acciones y caracteres de personajes, etc.) Si la verosimilitud era inherente al mito, la credibilidad depende de la fábula. Piensa que el valor de generalidad de la poesía trágica lo otorga el poeta, la tipicidad es creada como resultado de la actividad mimética del poeta.

La fábula debe imitar una acción única, completa y entera, y sus partes deben estar enlazadas entre sí necesariamente.

La acción es completa si es llevada a su término, establecido por el propio poeta.

La acción es entera cuando tiene principio (lo que no sigue necesariamente a otra cosa), medio (lo que sigue a algo y a su vez es seguido por algo) y fin (lo que sigue a otra cosa por necesidad y no es seguido por nada).

El que la fábula deba imitar una acción única, completa y entera es un requisito ligado por una exigencia mutua, ya que la unidad es la integración de lo múltiple en uno, y la totalidad (completa y entera) diferencia y establece la unidad.

Además, la fábula debe poseer cierta extensión requerida para que de forma necesaria y verosímil, en la fábula simple se produzca el cambio de fortuna, y en la compleja dé tiempo a establecer el nexo entre el error trágico y sus consecuencias.